El mayor desafío del liderazgo

Liderazgo

El mayor desafío del liderazgo es liderarse a uno mismo. En el mundo del liderazgo, no hay terreno más complejo, exigente y revelador que el de dirigirse a uno mismo. John Maxwell lo afirma con claridad: “La persona más difícil de dirigir siempre es usted mismo.” Esta afirmación, lejos de ser una frase motivacional, encierra una verdad poderosa: la raíz de todas las grandes fallas de liderazgo comienza por el interior del líder.

Walt Kelly, en su célebre tira cómica Pogo, lo expresó con ironía y sabiduría: “Hemos hallado al enemigo… y somos nosotros mismos.” El verdadero desafío del liderazgo no está en los equipos, las crisis, ni los mercados, sino en cómo gobernamos nuestro carácter, nuestras decisiones y nuestras emociones.

¿Por Qué Somos Nuestros Propios Obstáculos?

Hay dos motivos porque somos nuestro principal obstáculo para el liderazgo, como lo describe John Maxwell:

  1. No nos vemos como vemos a los demás.
    La naturaleza humana nos hace expertos en evaluar a otros, pero ciegos ante nuestras propias debilidades. Si no nos analizamos con objetividad, no podremos corregir lo que nos limita. El primer paso hacia un liderazgo efectivo es la autoevaluación honesta.
  2. Somos más exigentes con otros que con nosotros mismos.
    Solemos juzgar a los demás con una regla estricta, pero nos damos licencias cuando se trata de nuestras fallas. Esta doble moral socava nuestra credibilidad. Liderarse a uno mismo implica vivir bajo estándares más elevados que los que exigimos a los demás.

Cuatro Claves Para Dirigirse a Uno Mismo

1. Aprenda a seguir para liderar

Un líder que no ha aprendido primero a obedecer o someterse a una autoridad difícilmente podrá liderar con sabiduría. El obispo Fulton J. Sheen lo dijo con contundencia: “La civilización siempre corre peligro cuando a los que nunca han aprendido a obedecer les es dado el derecho de mandar.” Para el liderazgo esto podría ser de alto riesgo.

¿Qué significa esto en la práctica?

Liderar bien requiere empatía y comprensión del rol de los seguidores. Cuando un líder ha sido parte de un equipo, cuando ha seguido instrucciones, cuando ha experimentado las exigencias desde abajo, desarrolla humildad y sensibilidad. No impone reglas que él mismo no ha cumplido; no exige resultados sin haber pasado por el esfuerzo que eso requiere.

Los líderes que nunca se han sometido tienden a convertirse en figuras orgullosas, inflexibles y autoritarias, desconectadas de su equipo. En cambio, quienes han aprendido a seguir con responsabilidad, entienden mejor la realidad de sus colaboradores y lideran con compasión, justicia y propósito.

En la práctica de liderazgo, haber aprendido a seguir nos convierte en mejores líderes.

2. Desarrolle autodisciplina en el liderazgo

La historia de Federico el Grande y el anciano que se proclamaba “rey de sí mismo” ilustra perfectamente este principio: cada uno de nosotros es monarca de su vida. Nadie puede liderar eficazmente si no es capaz de controlar sus propias decisiones, hábitos y emociones.

¿Qué implica esto para el liderazgo?

La autodisciplina es la capacidad de hacer lo correcto incluso cuando no queremos hacerlo, de actuar con integridad cuando nadie nos observa, y de renunciar a lo inmediato por el bien de lo importante.

Un líder sin dominio propio:

  • Puede ser impulsivo en sus decisiones.
  • Reacciona emocionalmente en vez de responder con madurez.
  • Cae en hábitos que minan su credibilidad.

Como escribió John Foster: “Un hombre sin decisión de carácter nunca puede describirse como dueño de sí mismo.”
En otras palabras, si no nos gobernamos, seremos gobernados por las circunstancias o nuestros impulsos.

Para desarrollar el liderazgo es clave la disciplina, esto permitirá aprender a liderar.

 3. Practique la paciencia para el liderazgo

Muchos líderes viven adelantados: piensan rápido, actúan pronto, visualizan lo que otros aún no ven. Esta visión puede ser un don, pero si no está balanceada con paciencia y realismo, puede volverse un obstáculo.

¿Qué sucede cuando nos adelantamos demasiado?

Estar siempre 10, 20 o 50 pasos por delante puede desconectar al líder de su equipo. Puede generar frustración, soledad y desgaste. Peor aún, el afán por resultados rápidos puede llevar a decisiones precipitadas.

Las cosas valiosas toman tiempo:

  • La confianza no se gana de la noche a la mañana.
  • La madurez de un equipo se construye con procesos.
  • La grandeza personal se forja con constancia.

El liderazgo no es un microondas; es un horno lento que cocina con paciencia, visión y persistencia. Saber esperar, formar y acompañar son señales de un líder que entiende el ritmo del crecimiento verdadero.

El liderazgo microondas no existe, el liderazgo se forma mediante un proceso, es un camino que se debe recorrer.

4. Rinda cuentas

Esta puede ser la clave más difícil y menos valorada. En una cultura donde se promueve la independencia extrema, la rendición de cuentas parece debilidad. Pero, paradójicamente, es una de las fortalezas más grandes del liderazgo auténtico.

¿Por qué es crucial para el liderazgo?

Porque no podemos confiar plenamente en nosotros mismos. El poder tiende a seducir, el ego nos engaña, y todos tenemos puntos ciegos. Los grandes fracasos éticos y morales en el liderazgo casi siempre vienen de líderes que no tenían a quién rendir cuentas, ni aceptaban consejos.

Rendir cuentas no es solo justificar acciones después de hacerlas, sino:

  • Consultar antes de actuar.
  • Aceptar corrección.
  • Escuchar a personas confiables que nos confronten.

Un proverbio chino lo resume bien: “Cuando veas a un mal hombre, examina tu corazón.”
Los líderes sabios buscan consejo, piden retroalimentación y reconocen sus límites. Esta humildad los protege y los fortalece.

Reflexión final

Liderarse a uno mismo es gobernar el territorio más desafiante: nuestro carácter.
Cuando un líder aprende a seguir, se disciplina, es paciente y rinde cuentas, entonces puede liderar a otros con integridad, empatía y poder transformador. Como dijo John Maxwell: “Dirigirse a uno mismo siempre es el desafío más grande de todo líder.”
Y si vencemos ese desafío, lo demás empieza a alinearse.

[1] Extracto del libro de John Maxwell: Liderazgo Principios de Oro.


Redactado por: Alberto Ibañez Neri

Director de Ibro Food Safety (InocleanIbro Food SafetyIbro Academy)

ATP BRCGS (Food, Packaging Materials and Gluten Free, BRCGS Start), Entrenador Aprobado por IFS. Consultor y Auditor en gestión alimentaria.

Docente en la Universidad de Santiago de Chile.

Entrenador para el reglamento de controles preventivos y de Inocuidad de Productos Agrícolas Frescos-Ley FSMA

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